Recuerdo una de las primeras veces en que tuve que escoger mi ropa un día de compras, tenía como 12 años.
Andaba en la onda hip hop así que escogí un pantalón cargo, bien ancho, la pretina a la altura de la cintura y tenía líneas horizontales de colores naranjos y azules, ¿se lo imaginan? Ok, no parece tan terrible, pero aquí les va otro dato, ¡era amarillo!, amarillo con naranjo, azul y no sé cuántos colores más, pero eran muchos. La tela en sí era bonita, pero la suma de la forma + el amarillo + los colores en las líneas, hacían que pareciera un pantalón de payaso. Lo peor es que yo me creía la más fashion con mis pantalones amarillos y los usé por mucho tiempo.
Sin embargo, la experiencia del pantalón amarillo me hizo pensar en esas combinaciones de colores y estampados que son “prohibidas” en la cotidianeidad de la moda. Sí están bien para las pasarelas, pero no son aplicables a nuestra vida de mujer que va a trabajar y debe verse normal. ¿O sí?
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Ilustración por Yocaro |
Sin embargo, la experiencia del pantalón amarillo me hizo pensar en esas combinaciones de colores y estampados que son “prohibidas” en la cotidianeidad de la moda. Sí están bien para las pasarelas, pero no son aplicables a nuestra vida de mujer que va a trabajar y debe verse normal. ¿O sí?
Soy una convencida de que cuando experimentamos con mezclas de color poco convencionales salen cosas muy entretenidas. Típico que te dicen que el café con negro no combina, y yo también lo pensaba, hasta que en el programa de cambio de look “No te lo pongas” dijeron lo contrario, exaltando la elegancia de esa mezcla tan comúnmente prohibida. Desde ahí para mí cobró otro sentido el café con negro y me atreví a romper esquemas buscando nuevas opciones, como el morado con rojo, naranjo con fucsia, turquesa con rojo, burdeo con azul, o también combinar estampados atípicos como flores con líneas, líneas con lunares, lunares con flores, flores con animal print, etc.
Por supuesto debemos tener cuidado en qué lugar de nuestro cuerpo usamos ciertos colores o estampados, por ejemplo, si tienes poco busto puedes aumentarlo usando un estampado o color llamativo en ese lugar, o si tienes mucha cadera, te conviene usar estampados y colores más sobrios.
También nos ayuda el maquillaje. Mi madre, que sabe mis gustos, siempre me regala esmaltes de uñas y labiales colorinches. Un día me sorprendió con un labial naranjo y descubrí todo un mundo de posibilidades que no se me habrían ocurrido de no haber sido por mi madre innovadora. Puede que un día no tengas ganas ni tiempo de inventar nuevas mixturas con tu ropa y decides usar algo típico, pero con un lápiz labial naranjo, fucsia, rojo, o con un esmalte de uñas amarillo, calipso, azul, etc., le das inmediatamente un toque innovador a tu outfit.
Tengo amigas a quienes les cuento esto de experimentar con mezclas de colores poco convencionales y me dicen “pero Pame, a ti te resulta ¡a mí no!”. Bien, si piensas que no te resulta, siempre está Internet y las celebridades para ayudarte. Te cuento mi experiencia: tengo una blusa de color verde-amarillo que siempre me ha costado combinar, así que busqué cómo se dice en inglés el color de mi blusa, que en este caso sería “chartreuse”, y googlié “chartreuse celebrity”. Inmediatamente aparecen cientos de imágenes de celebridades usando ese color con muchas ideas entretenidas que me sirven para combinar mi blusa. Está la típica mezcla con negro, pero también la atípica con rojo o naranjo. Puedes buscar además en Pinterest. (Es mucho mejor buscar en inglés porque encuentras más opciones).
Así que si tienes ganas de romper esquemas con tu ropa, pero tienes miedo de que no te resulte, pide ayuda a Internet y a las celebridades, con el tiempo tú serás la experta.
El mundo convencional dice una cosa, pero nosotras tenemos creatividad de sobra para inventar nuestras propias reglas que rompan esas convenciones, usando colores o estampados que comúnmente no se usan, o incluso usando flores y colores cálidos en estos fríos días de invierno. Sólo tienes que atreverte.